El proyecto presenta el intento por hacer partícipe a todo el patrimonio arquitectónico de la ciudad en el recorrido cultural, desarrollando un masterplan en el eje de la Carrera del Darro y señalando las arquitecturas patrimoniales del Bajo Albayzín, y el recorrido cultural generado con la recuperación del Maristán, el Bañuelo y la apertura e inclusión en dicho recorrido de los conventos adyacentes al Museo Arqueológico de Granada: el Convento de Zafra y el Convento de San Bernardo.

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El proyecto parte del análisis histórico, patológico y fotográfico del conjunto que forman la Casa Castril y la Casa Latorre. Tras las conclusiones extraídas, el proyecto decide recuperar el antiguo adarve que separaba ambas casas y la apertura del patio posterior de la Casa Latorre como vestíbulo del museo abierto a la ciudad, en donde se aloja una nueva arquitectura. Mientras, el patio trasero de la Casa Castril aloja bajo rasante el necesario auditorio sin perturbar la cota original.

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En el interior, se desarrolla una nueva arquitectura que sirve como nueva crujía de acceso, necesaria ante la falta de un gran ámbito de acogida. Esta nueva arquitectura se adentra dentro de las arquitecturas preexistentes a través de la inclusión de nuevas escaleras que completan el recorrido museístico. Independientemente, la actuación en la arquitectura patrimonial consiste en la reparación de las patologías y en la adecuación de los interiores para el uso museístico y para el acondicionamiento climático y energético del edificio.